Las finanzas públicas son, creo yo, el aspecto de cada gobierno argentino que más preocupa a los entendidos. A lo largo de nuestra historia macroeconómica vemos que la Argentina sólo a tenido superávits fiscales forzados, es decir, el gobierno de turno sólo supo ahorrar cuando nadie en el mundo quería prestarnos.
Hoy en día estamos más o menos en una de esos momentos.
Pero vamos a poner la lupa en la provincia de Buenos Aires. Esta provincia está entre las pocas que tienen una capacidad de financiar al menos la mitad de su gasto (el resto se paga con fondos coparticipables). Pero en los últimos años su gasto se ha expandido de una forma escandalosa. Ahora, ¿cómo respondieron los gobernadores responsables (Solá y Scioli)? Aumentando más y más los impuestos. ¿Pero qué impuestos? Básicamente impuesto a la propiedad y el impuesto más distorsivo existente sobre cualquier esquema impositivo: el impuesto a los ingresos brutos.
Este impuesto a diferencia del IVA es acumulativo, y por ende el que paga al final, paga demasiado. Aumentar este impuesto ha tenido como resultado una menor recaudación, dado que la evasión del mismo llegó a un 80%.
Pero, y aunque personalmente me cueste reconocerlo, Scioli ha tomado una buena medida: suprimir este impuesto.
Pero claro, el gasto sigue alto y la provincia ya tiene demasiada deuda, por ende, nuevamente, se recurre a la misma vieja solución: aumentar los impuestos a la propiedad, y la creación de uno nuevo: el impuesto al sello. Sólo espero que no sea escandalosamente alto, porque sino de un día para el otro van a dejar de existir contratos en la provincia.
Personalmente, yo creo que los gobernadores de Buenos Aires deben entender que el presupuesto del sector público debe ser equilibrado y que la única forma de hacerlo no es solamente aumentando los impuestos sino también controlando el gasto. No obstante creo que hoy en día dada la recesión la provincia debería mantener constante su nivel de gasto (suponiendo claro que el gasto no va a los bolsillos de los gobernantes) y los impuestos también. Una vez superada, debería ajustar bajando su gasto corriente.
Hoy en día estamos más o menos en una de esos momentos.
Pero vamos a poner la lupa en la provincia de Buenos Aires. Esta provincia está entre las pocas que tienen una capacidad de financiar al menos la mitad de su gasto (el resto se paga con fondos coparticipables). Pero en los últimos años su gasto se ha expandido de una forma escandalosa. Ahora, ¿cómo respondieron los gobernadores responsables (Solá y Scioli)? Aumentando más y más los impuestos. ¿Pero qué impuestos? Básicamente impuesto a la propiedad y el impuesto más distorsivo existente sobre cualquier esquema impositivo: el impuesto a los ingresos brutos.
Este impuesto a diferencia del IVA es acumulativo, y por ende el que paga al final, paga demasiado. Aumentar este impuesto ha tenido como resultado una menor recaudación, dado que la evasión del mismo llegó a un 80%.
Pero, y aunque personalmente me cueste reconocerlo, Scioli ha tomado una buena medida: suprimir este impuesto.
Pero claro, el gasto sigue alto y la provincia ya tiene demasiada deuda, por ende, nuevamente, se recurre a la misma vieja solución: aumentar los impuestos a la propiedad, y la creación de uno nuevo: el impuesto al sello. Sólo espero que no sea escandalosamente alto, porque sino de un día para el otro van a dejar de existir contratos en la provincia.
Personalmente, yo creo que los gobernadores de Buenos Aires deben entender que el presupuesto del sector público debe ser equilibrado y que la única forma de hacerlo no es solamente aumentando los impuestos sino también controlando el gasto. No obstante creo que hoy en día dada la recesión la provincia debería mantener constante su nivel de gasto (suponiendo claro que el gasto no va a los bolsillos de los gobernantes) y los impuestos también. Una vez superada, debería ajustar bajando su gasto corriente.
Personalmente, lo que me parecio terrible del aumento de impuestos de Scioli fue lo que paso con el Agro. Me refiero a que se anunciaron nuevos impuestos, el campo se quejo y al otro dia Scioli dijo que los mismos se iban a re-analizar. Esto solo puede implicar dos cosas, o que ponen impuestos asi nomas, sin hacer el mas minimo analisis o que las finanzas publicas responden a las presiones de lobbystas y no a criterios de optimalidad. Las dos opciones son un desastre... Creo que hay un poco de las dos.
ResponderEliminarSldos!
PD: Yo escribi algo parecido sobre las cuentas fiscales. Se llamaba algo como "una razon sobre por q tener un ministro".
Y que opinas de esta nota:
ResponderEliminarhttp://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-4035-2009-09-29.html
slds.
Leandro
No se que pretendes que te digamos, el articulo dice cosas casi irrefutables. Digo casi porque por ejemplo decir que la rentabilidad en pesos entre 1995 y 2009 aumento un x% no dice nada, ya que hubo una devaluacion e inflacion. Pero, mas alla de eso, yo a Pagina no le creo nada. Por ejemplo, cuando hablan de la rentabilidad usan primero la rentabilidad en 1995 segun x y desp. segun q, y eso es bastante oscuro. Igualmente se poco y nada del tema como para decirte algo fundamentado y responsable... perdona. Es una desgracia que no hayan diarios de verdad en Argentina, desp nos quedamos dudando de todo (Pagina no es el unico, desde ya). Sldos!
ResponderEliminarNo se que opinara Santi, espero que aparezca jaja.
ResponderEliminarRespecto a esa nota de Pagina 12 se pueden decir 2 cosas: primero que es totalmente cierto el hecho de que los impuestos a la propiedad rural son un verdadero chiste. Segundo, las cifras que se mencionan mas alla de ser ciertas o no, tal como dijo Fer estan mal expresadas, porque entre el 95 y hoy hubo muchos cambios macroeconomicos, por ende carece de sentido comparar las cifras nominales.
ResponderEliminarAhora Leandro si vos preguntas respecto a si esta bien o no que se le aumenten los impuestos a la propiedad rural, yo te respondo que si pero solo si hay una coordinacion entre la nacion y la provincia. Ademas se tienen que tener en considerar casos como los de los propietarios de las tierras del sur de la prov de Bs As, donde las sequias obligan a un gran numero a abandonar la produccion.