"La ideología es la maldición de las políticas públicas porque convierte a la política en una rama bastarda de la teología y sacrifica seres humanos en el altar de un falso dogma." Arthur Schlesinger, Jr. The Cycles of American History
jueves, 27 de mayo de 2010
Que Viva la Revolución. Pero ¿Qué Revolución?
viernes, 21 de mayo de 2010
Que Ironía, Eugenio, Que la Fama no Sea lo Tuyo.
jueves, 20 de mayo de 2010
Indexemos salarios, total no pasa nada
sábado, 15 de mayo de 2010
Contradicciones Dentro del Modelo (2)
miércoles, 12 de mayo de 2010
martes, 11 de mayo de 2010
El argumento de la concentración y del empresariado argentino
Primero empecemos por el más sencillo, y el que requiere el uso del sentido común. Desde el gobierno se critica que los empresarios argentinos no invierten y tratan de maximizar ganancias en el corto plazo y por eso es que suben tanto los precios. Dejando de lado la idea de que el capitalista es un ser malvado y egoísta veamos las razones de por qué sucede esto. En primer lugar el emprendedor (considerado el cuarto factor de producción) debe tener un retorno a su inversión, y como desgraciadamente vivimos en un entorno de alta incertidumbre hasta en lo más básico como puede ser la incertidumbre jurídica, los incentivos del mismo a invertir son bajos y por ende va a querer invertir poco y lograr un retorno sobre el capital lo más alto posible. Pero esto no lo hace por avaro, burgués o oligarca, lo hace porque no tiene la certeza de que si invierte a 5 años va a poder recuperar siquiera su inversión. En segundo lugar, esta manera de ser de los empresarios argentinos explicaría la velocidad del ajuste, pero no su magnitud; en otras palabras, se explicaría porque los precios en argentina son tan flexibles, o sea, porque de un mes a otro cambian pero no explica porque suben tanto.
Ahora yendo a lo más interesante, el argumento de una concentración de la oferta de bienes, voy a decir en primer lugar que sostener una colusión en un oligopolio no es algo sencillo. La teoría de los juegos nos explica esto y la posibilidad de sostener un acuerdo de precios, o sea todos subimos los precios por igual así ganamos plata, no es para nada viable. Existe la posibilidad de un undercutting por parte de alguno de los pactantes, algo muy tentados para quedarse con todas las ventas y así ganar los beneficios monopolísticos del mercado (mayores a los beneficios de oligopolio). El sostener una colusión depende de cosas como por ejemplo la tasa de descuento de las distintas firmas. No es un análisis fácil de hacer pero lo que sí es fácil es apuntar a las malvadas megaempresas como los culpables.
Pero quiero ir un poco más lejos y citar al trabajo de Rotemberg, J. y G.Saloner, “A Supergame-Theoretic Model of Price Wars during Booms” (1986). Este paper (y otros como el de Hatiwanger-Harrington (1991) o Green-Porter (1984)) trata de explica mediante un análisis microeconómico un fenómeno macroeconómico: variación de precios ante los ciclos económicos. Todos estos trabajos demuestran que en mercados concentrados los precios son contracíclicos, es decir, son más altos cuando hay recesiones. Situación que en la Argentina no sucedió.
Tal como el blog ha sostenido, las causas de este procesos inflacionario son otras y vienen más de la mano del accionar del gobierno que de otro lado.
viernes, 7 de mayo de 2010
En Grecia son Griegos, no Argentinos
miércoles, 5 de mayo de 2010
Matrimonio Gay y la Falacia de los Derechos de los Niños
Madrugada del día 5 de mayo del año 2010. Empecé a escribir este post escuchando el discurso de Agustín Rossi, jefe del bloque oficialista en diputados (aclaro que él mismo fue inobjetable a mi entender y coincido en un 101% con lo dicho por Rossi). Se acaba de votar en la cámara baja el proyecto que trata la modificación del código civil para que las parejas integradas por personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio. El proyecto ya tiene media sanción y esta fecha quedará marcada en la historia argentina ¿Será una fecha celebre? Creo que sí, y no será tristemente célebre como las ultimas.
Sinceramente, el único argumento “poderoso” que escuché en contra del matrimonio gay es el que consiste en que si este es aprobado, las parejas homosexuales tendrán la posibilidad de adoptar menores y esto iría en detrimento de los intereses de estos últimos ¿Es esto cierto? Me parece que no. Que los matrimonios gay puedan adoptar no implica que lo vayan a hacer. La última palabra la tiene un juez de menores, cuyo objetivo es algo parecido a maximizar el bienestar del niño. Si este juez le permite a una pareja homosexual adoptar un menor, será porque entiende que la misma es lo mejor que tiene a su alcance para cumplir con su objetivo. Entonces, la posibilidad del matrimonio gay no debería ir en detrimento del bienestar y de los derechos de los niños, sino todo lo contrario. En el peor de los casos, aprobado el matrimonio gay, los niños estarán igual que antes. Tener más opciones siempre es mejor o, en el peor de los mundos es redundante, y el caso puntual de la tarea del juez no es una excepción. Matemáticamente, la tarea del juez no es más que una maximización sujeta a restricciones. Si el conjunto sobre el cual se maximiza una determinada función aumenta de V a V’, es decir que el primero está contenido en el segundo, el valor máximo que alcance la función en el segundo siempre será mayor o igual al que alcanza en el primero. Claro, alguien podría argumentar que el juez se puede confundir. Cierto, pero si este fuese el problema, es un problema del sistema de “asignación” de familias a menores que tenemos actualmente. Que yo sepa no hubo una votación tan polémica sobre el mismo recientemente. Entonces ¿Se están defendiendo los derechos de los niños o se trata de una escusa para discriminar o de un intento de imponer estilos de vida por parte de las mayorías? Me da la impresión que hay mucho más de lo último que de lo primero.
Bien ahí los que votaron a favor, personalmente odio los nacionalismos, pero estas cosas me hacen sentir un poco de “orgullo nacional”, no lo puedo negar. Los 109 diputados que votaron en contra… espero que recapaciten. Lilita, un caso aparte, me pareció una abstención justificada. Tiene razón que el “matrimonio” es un término eclesiástico que ni debería estar en el código civil. Al fin y al cabo, su discurso fue excelente y para nada ambiguo, y eso es lo que queda.
Por último, una especial felicitación para Vilma Ibarra.