jueves, 18 de noviembre de 2010

Héctor Recalde en la UTDT

Como Ud. leyó en el titulo, el Diputado por el FPV estará en la UTDT hablando sobre su proyecto de ley sobre la repartición de las ganancias entre los empleados. Supongo, por quienes organizan la charla (la escuela de negocios), que uno de los entrevistadores será Guido Sandleris, quién ya ha escrito sobre el proyecto de Recalde (ver aquí). ¿Estará Emilio Espino, quien también escribió sobre el tema? No sé, pero sería interesante. 

Supongo que me pasaré un rato a escuchar un poco de la charla, por más que dudo que cambie mi posición

Lo más interesante desde mi punto de vista es el planteo que hace Guido sobre por qué distribuir (si realmente estamos dispuestos a un menor capital en el futuro) solamente entre los empleados formales. Algo se ha dicho hoy acá y también dije algo similar en mi post. 

Otra cosa que me intriga es entender un par de efectos que ve Guido que yo simplemente no veo. ¿Por qué cree que dicha medida implica menos empleo formal y despidos? ¿Dónde ve el efecto "flexibilizador"? Sí los argumentos máximos del problema de maximización de la firma no cambian (si los beneficios se los entiende como p*q-w*l, como por ejemplo entiende Espino) y, en consecuencia, la demanda por trabajo tampoco. Es decir, el salario de equilibrio no cae por la ley (en el corto plazo), por lo que una explicación de desempleo por salarios rígidos no me cierra. Es por eso que tampoco veo el elemento estabilizador, ante un shock negativo que baje el pedazo de la torta que se llevan los empleados por la participación en las ganancias no reemplaza a la caída necesaria en los salarios para volver al equilibrio. De hecho, si nos enfocamos en qué pasa con el trabajo formal, a mi me parece que dicha ley debería (al menos en un comienzo, seguro) incentivar el empleo formal. Por más que suene políticamente incorrecto, los empleados informales eligen (dentro de sus opciones) serlo, y seguramente en base a un análisis costo/beneficio. De aprobarse el proyecto de ley, los beneficios para un empleado de ser "formal" aumentan (ya que la formalidad le puede implicar participar de la repartición de ganancias) y los costos no tienen por qué cambiar. Es más, para la firma declararlo "formal" también se vuelve más atractivo porque implica menos ganancias "legales" y, por ende, menos impuestos (aumenta w*l pero, a priori, no tiene por qué aumentar p*q). 

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Qué Probabilidad le Asignan Desde el Pro a la Victoria K?

Anoche charlaba con un amigo del PRO y me comentaba que él creía que seguramente el PRO le termine aprobando el presupuesto 2011 a Cristina porque así consiguen que los K se lo aprueben a ellos en la Legislatura Porteña. Al toque de escuchar esto, otro amigo preguntó "confían en los K??", a lo que mi amigo respondió "en la política hay códigos". ¿Tienen códigos los K (o sea la dirigencia K, no los militantes que seguramente muchos si)? Personalmente, creo que NO. De esta observación se desprende la siguiente pregunta: ¿Es mi amigo (y, por consiguiente, todos los del PRO que creen lo mismo que él) un iluso? De vuelta, creo que no. A continuación, mi análisis de la conversación mantenida ayer ((pseudo) game theory based!).

1) Parémonos en la decisión K, una vez aprobado su propio presupuesto, de aprobar o no el presupuesto PRO. Pensemos en dos escenarios posibles (por más que serán blanco vs negro y que, en la realidad, hay muuuuchoos grises), después, queda a consideración de cada uno "redondear" (i.e si pasa lo que pasa bajo el escenario negro, cuál cree que es el gris máximo que sostiene dicho resultado y sacar sus conclusiones). Si los K creen que, ceteris paribus, se irán del poder, tienen cero incentivos a aprobarle el presupuesto al PRO (y no solo por "joder nomas", que igual les sería suficiente, sino que los fracasos del PRO los benefician electoralmente y pueden ayudar a cambiar su panorama -por eso el ceteris paribus de antes). Por el contrario, si los K creen que se van a quedar, este juego de "apruebame/yo te apruebo" se repetirá, y en consecuencia pueden encontrar útil aprobarle el presupuesto al PRO para que, en el futuro, ellos se lo aprueben creyendo que así los los K se lo aprobarán. 

2) Pasémonos a la decisión del PRO entre aprobarles (bah, votar a favor) el presupuesto a los K y votar en contra del mismo. Si el PRO cree que los K les votarán en contra, votará en contra de su presupuesto. El PRO solo votará a favor del presupuesto K si cree que los K creen que pueden perpetuarse en el poder, y si además cree que en ese escenario los K les van a aprobar el presupuesto. Es decir, para que el PRO vote a favor del presupuesto K es condición necesaria que crea que los K creen que van a seguir en el poder.

Saquemos conclusiones:

i) Primero, ¿en cuánto pueden diferir lo que el PRO piense que va a pasar y lo que los K creen que pasará? Me parece que no mucho. La información más relevante es pública y ambas partes tienen recursos para hacer mucha inferencia estadística...

ii) Se desprende del punto i), según nuestro juego mi amigo cree que el PRO cree que los K van a seguir. ¿Qué quiere decir eso en la práctica? Que él cree que el PRO le asigna una probabilidad "alta" a que los K sigan. El alta está entre comillas porque depende del grado de aversión al riesgo del PRO, de cuántos votos creen que les pueden faltar para aprobar el presupuesto y muchos detalles más. En qué parte del intervalo [0,1] se encuentra la probabilidad que mi amigo cree que el PRO le asigna a la continuación de los K (la K?) queda a consideración de el lector. 

iii) Dado el lugar de mi amigo y la información que debe tener, creo que seguramente su estimación es "buena" (ex ante -como toda estimación). La misma será confirmada/refutada en base a como vote el PRO.

En fin... Me pareció divertido hacer este ejercicio mental, por más que las conclusiones no sean hiper sorprendentes. Aunque, debo reconocer que, antes de empezar creí que me iba a salir más simpático. 

sábado, 13 de noviembre de 2010

La Responsabilidad de un Banquero Central Sobre la Inflación Y una Breve Digresión

Cuando se debate sobre la inflación argentina generalmente se responsabiliza de la misma a la concentración en determinados mercados, a la política fiscal expansiva y a la política redistributiva. Eso es un error. En todo caso, las mismas causan cambios de precios relativos pero estos últimos se pueden dar de varías maneras, el nivel general de precios depende exclusivamente de la política monetaria (como ilustra este gráfico subido ayer en Foco -ver también el muy buen comentario de Andy Neumeyer). Si, por ejemplo, el precio del bien X (Px) debe subir contra el precio del bien Y (Py), el cambio en los precios relativos se puede dar exclusivamente vía un aumento de Px, via la combinación de un aumento de Px y una caída de Py o solamente a través de una caida de Py. En particular, existe una combinación (para cualquier  promedió que queramos) que implica una caida de Py y un aumento de Px que dejaría al promedio entre los dos (la idea es que el mismo juegue el rol del índice de precios) inalterado. Es decir, quien decide cómo se da este cambio de precios relativos es la autoridad monetaria. Como lo escuché decir a Pablo Guidotti varias veces este año, hay factores que pueden volver más fácil o más difícil la tarea de preservar la estabilidad de precios, pero cuando hay inflación solo queda mirar al Banco Central. No nos tenemos que olvidar de eso. Si Mercedes Marcó del Pont cree que existen buenas razones para que estos cambios de precios relativos se den vía inflación, debería plantearlo abiertamente, explicar su porqué y mandar un proyecto de ley para cambiar la carta orgánica del BCRA. Eso sería verdaderamente honesto (aunque yo creo que lo que hay que hacer es cuidar el valor de la moneda). El problema es que en el fondo no lo hace porque sería profundamente impopular expresar abiertamente los motivos que la llevan a tener esta política monetaria (lo que merece otro post sobre la moral K), los cuales son el señoreaje que se desprende de la misma y se materializa en una mayor acumulación de reservas que después son apropiadas por el tesoro y utilizadas para financiar el viva la pepa, y el rol que le da la inflación a Moyano y compañía, los mayores aliados políticos que le quedan al kirchnerismo. Lamentablemente, la oposición no se da cuenta de esto porque en ningún momento siquiera intentó entender qué ocurre en Argentina y por qué tenemos inflación, como siempre solo se preocupan por crecer en cuanto a votos difamando y después, si llegan a ser gobierno, recién ahí verán qué hacer (exceptuando a Macri, el único que esta armando equipos técnicos).


-Breve Digresión:

Como bien señalan muchos, los mercados poco competitivos generan (en todo caso) precios más altos, pero no un constante aumento de los mismos, lo que es la inflación. Es decir, solamente con mercados poco competitivos no podemos NI empezar a hablar de inflación o algo que se le parezca. Ahora, lo que podría pasar que los tirones de demanda se trasladen a precios con mayor fuerza cuando los mercados son poco competitivos. Igualmente, como bien sostuvo Santiago (ver acá), mi (ex?) coblogger, no es tan obvio que lo que a priori parece intuitivo finalmente sea lo que ocurre. Existe evidencia empírica de que en los mercados poco competitivos los precios son contra-cíclicos, y el fundamento teórico detrás de esto reside en que la colusión se vuelve menos atractiva durante los booms porque aumentan los beneficios que las empresas obtendrían si rompiesen el acuerdo que tenían con sus competidoras. Igualmente, también es cierto que es muy importante distinguir entre aumentos de las demandas temporarios o permanentes, porque en el segundo caso también aumentan los costos del castigo asociado por romper la colusión.


viernes, 12 de noviembre de 2010

lunes, 8 de noviembre de 2010

En Clarín no Leen QLP

Ver este muy buen post de Frank publicado hace un par de días. Lamentablemente, hay gente que nunca aprende:


Genial el fragmento "La previsible toma de ganancias...".


No entiendo por qué una idea tan simple e intuitiva como EMH (al menos en su forma débil) puede ser tan ignorada (incluso por muchísimos economistas).  

sábado, 6 de noviembre de 2010

Vivir en Guerra: ¿Se Justifica el "Fear of Appreciation"?

Estos últimos días hubieron dos buenos artículos en la web sobre las consecuencias de la guerra de monedas (mucho "dinero barato") sobre las economías emergentes (EE's). Uno de Cavallo (ver acá), y uno de Blejer y Levy Yeyati (ver acá). 

Personalmente, estoy más de acuerdo con la visión de Mingo. Como bien él señala:

Parece paradójico que las economías emergentes, que con tanta frecuencia sufrieron insuficiencia de capitales dispuestos a financiar su crecimiento y crisis cambiarias por salida de capitales, en la actual coyuntura estén buscando formas de frenar la entrada de  capitales para impedir que sus monedas se aprecien y sus exportaciones pierdan competitividad.

Y también coincido con sus recomendaciones, las cuales, de hecho, sirven para combatir algunos de los temores de Blejer y Levy Yeyati. A Cavallo le parece que lo preocupante del "dinero barato" es que en algún momento se puede encarecer, y eso implicará un ajuste consecuencia de la caída en la demanda agregada que puede ser problemático. Es por eso que considera que las EE's deberían subir los impuestos al consumo (para evitar que el mismo sufra un boom, "desde más alto es la caída, más duele") pero bajar los impuestos a la importación de capital, y así aprovechar el "dinero fácil" para crecer más. A Blejer y Levy Yeyaty les preocupa la apreciación real que puede venir de la mano del "dinero barato", la cual entienden que puede perjudicar seriamente a los sectores productores de transables, a punto tal que llegan a hablar de enfermedad holandesa financiera. A mi me parece que se equivocan en meter todo en la misma bolsa. Un aumento del tipo de cambio real que viene de la mano de un aumento en el stock de capital de los sectores productores de transables no es lo mismo que una apreciación real consecuencia de un boom de consumo. ¿Que recomiendan entonces? ¿Evitar crecer porque con el crecimiento viene la apreciación real? No me parece que semejante énfasis en evitar la apreciación real tenga sentido. Hace que nos olvidemos de los objetivos.


Un par de reflexiones propias (o que, al menos, si robé fue inconscientemente):


1) Es fundamental que las EE's no se "engañen" y caigan en un optimismo excesivo. Como está implícito en los dos artículos, la reversión del "dinero fácil" planteara un desafío, no solo vía caída en la demanda agregada sino también, como señalan Blejer y Levy Yeyati, seguramente vía caída en los términos de intercambio. Entonces, es de vital importancia que sean muy conservadoras en su politica fiscal y que no les pase lo que a los PIGS. Me refiero a que durante períodos de alto crecimiento una política fiscal deficitaria se vuelve atractiva, ya que hay déficits fiscales compatibles con mantener constante el ratio deuda/PBI. El problema es que cuando la economía sufre un shock negativo, los impulsos fiscales llevan a los déficits a niveles "altos" que, sumados a tasas de crecimiento anémicas, 
implican un crecimiento demasiado acelerado del ratio deuda/PBI que puede desembocar en serías dudas por parte de los mercados sobre la sostenibilidad de la deudas soberanas con todos los problemas que eso puede significar (y no todas las EE's tienen a madre Alemania atrás para respaldarlas).


2) Me sorprende bastante la "ombligues mundial" que tienen los norteamericanos. Se la pasan diciendo que la política monetaria no es efectiva porque la tasa está en cero y, por ende, estamos en una trampa de liquidez. Hello! No son una economía cerrada y no todas las tasas están en cero. Este es un claro ejemplo de que la política monetaria sigue teniendo un rol (aunque no se qué tan positivo, porque la expansión monetaria también les pega negativamente vía términos de intercambio). Lo que si es seguro es que no se están dando  cuenta (o al menos eso parece) que, ceteris paribus, sus intereses son que las EE's reciban el "dinero barato" y así le den un tirón a la demanda agregada de los países desarrollados.